martes, 23 de septiembre de 2008

Encuentro

Fue raro encontrarte de vuelta, ¡hacía tanto tiempo que no te veía! y además creo que no te buscaba, o lo hacía sin darme cuenta. Siempre a través de un semejante, ¡pero del más extraño de los semejantes!, sin lujos ni pretenciones, sólo una guitarra y un jogging gris viejo. Me pregunté qué le habían pasado a tus dientes, la última vez que te había visto los tenías todos y ayer sólo te quedaban los dos caninos inferiores. Me pregunté que había sido de tu apariencia, de ese cuerpo joven, cuando ayer no me mostrabas más que los achaques de los años, aunque aún plagados de esa energía y esa alegría de estar vivo. Sin decirme nada me llamaste a que te escuche. Sin pedirte nada me cantaste, y sin una idea mejor te canté de vuelta. Ayudé a otros a acercarse a vos, a aplaudirte cuando terminabas una canción, a descubrir que atrás de esa gorra roja y esa guitarra se escondía algo magnífico. Tuve que seguir estudiando, y así me alejé después de un rato, pero no te fuiste sin despedirme. No esperaba ese momento, todo había sido más que suficiente, o mas bien más que demasiado. Me nombraste tu amiga y me diste un apretón de manos. Te pedí un choque de palmas y me lo concediste, pero sin fuerzas. No me dijiste tu nombre y me gustaría saberlo. Por ahora sos mi amigo.

No hay comentarios: